A partir de 2026, el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) a bebidas azucaradas pasará de 1.64 a 3.08 pesos por litro, lo que podría elevar entre 10 y 15 por ciento el precio de refrescos y jugos en el país.
La Asociación Mexicana de Bebidas advirtió que el aumento afectará a más de 400 mil pequeños comercios y pondrá en riesgo 150 mil empleos en los próximos cinco años. Señaló además que los hogares de menores ingresos serán los más golpeados, pues destinan proporcionalmente más recursos a este tipo de productos.
Por su parte, la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes estimó que una de cada cuatro tienditas podría ver comprometida su operación, ya que los refrescos representan cerca del 30 por ciento de sus ventas.
Especialistas advierten que, aunque el gobierno justifica el incremento con fines de salud pública y recaudación, el efecto real podría ser un menor poder adquisitivo de los hogares, migración hacia marcas más baratas y eventual cierre de negocios.