Trabajadores del Sindicato de Burócratas del Gobierno del Estado de Oaxaca marcharon ayer en la capital para denunciar la presunta intención de las autoridades estatales de imponer un nuevo impuesto a sus salarios, con el fin de cubrir una deuda de 600 millones de pesos con el SAT.
La representante sindical Julieta Ramírez explicó que el gobierno buscaba aplicar una nueva deducción del Impuesto Sobre la Renta (ISR) debido a supuestos errores en los cálculos realizados por administraciones anteriores.
“Salimos a manifestar la imposición que pretende realizar el gobierno al salario de los trabajadores por un impuesto que ya fue pagado en tiempo y forma; si hubo errores, no deben trasladarse a la base trabajadora”, declaró.
Ramírez señaló que, de aprobarse, esta retención implicaría una deducción de alrededor de 4 mil 500 pesos para un trabajador con nivel 13, y denunció presuntas presiones y negociaciones internas para que algunos delegados aprobaran la medida.
Aunque aún no se han aplicado los descuentos, la dirigente insistió en que la pretensión sigue vigente ante el adeudo millonario con el fisco federal.
En respuesta, el Gobierno de Oaxaca emitió un comunicado en el que negó que exista alguna intención de afectar el salario o las prestaciones de los trabajadores y aseguró que cualquier medida fiscal se construirá de manera bilateral y conforme a la ley.
“El diálogo respetuoso es la única vía para la construcción de acuerdos y la solución de conflictos”, concluyó la administración estatal.