La Casa Blanca defendió el miércoles su política migratoria después de que el Papa León XIV arremetiera contra lo que calificó de «trato inhumano» que sufren los indocumentados migrantes en Estados Unidos.
«Alguien que dice ‘estoy en contra del aborto, pero estoy de acuerdo con el trato inhumano a los migrantes que están en Estados Unidos’, no sé si eso es estar a favor de la vida», dijo el Papa a los periodistas el día de ayer.
El primer jefe estadounidense de la Iglesia Católica agregó que alguien que es antiaborto pero apoya la pena de muerte, que sigue siendo legal en muchos estados, tampoco era «realmente pro-vida».
La Secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, católica practicante, rechazó las críticas del Papa cuando se le preguntó al respecto.