Oaxaca.– Con la llegada del mes de octubre, los campos de diversas regiones del estado comienzan a llenarse del característico color naranja del cempasúchil, flor tradicional que adorna altares y panteones durante la celebración del Día de Muertos.
En municipios de los Valles Centrales, como Etla, Zaachila y Tlacolula, familias campesinas han iniciado la cosecha temprana de esta flor, que cada año se convierte en símbolo de identidad cultural y sustento económico.
Productores locales señalan que, a pesar de las variaciones en el clima, esperan una buena temporada, pues la demanda de cempasúchil crece no solo en los mercados regionales, sino también en la exportación hacia otros estados del país.
El cempasúchil, cuyo nombre en náhuatl significa “flor de veinte pétalos”, es considerado un puente espiritual entre los vivos y sus difuntos. En Oaxaca, además de decorar ofrendas, se utiliza para elaborar tapetes de bienvenida en los hogares y panteones, reforzando el carácter comunitario de esta tradición reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.
